JOSÉ GUERRERO
Guerrero, José
( Granada, 27 de octubre de 1914 - Barcelona, 23 de diciembre de 1991 )
Biografía
José Guerrero vive su infancia y adolescencia en el seno de una humilde familia en Granada. Inicia sus estudios artísticos en los cursos nocturnos de la Escuela de Artes y Oficios de Granada, que posteriormente continúa, una vez finalizada la Guerra Civil, en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde es discípulo de Daniel Vázquez Díaz. En 1945 obtiene una beca del Gobierno francés que le permite estudiar en l´ École des Beaux Arts de París y tomar contacto en vivo con la vanguardia europea, en especial, con los pintores españoles de la Escuela de París. Esta estancia tiene un hondo impacto en Guerrero que le lleva a viajar por Europa durante años en pos de la modernidad. En 1949 contrae matrimonio con la periodista estadounidense Roxane Whittier Pollock; se instala en Estados Unidos, primero en Filadelfia y un año después en Nueva York, donde establece contacto con la galería Betty Parssons; aprende la técnica del grabado en el reconocido Atelier 17 con Stanley William Hayter, y en 1953 adopta la nacionalidad estadounidense. En 1954 participa en una muestra en el Art Club of Chicago, junto a Miró, que supone su eclosión internacional. Regresa a España en 1965; expone en la Galería de Juana Mordó, y su obra comienza a ser valorada en su país natal. Pronto vuelve a Nueva York, pero visita España de nuevo en años posteriores. Considerado uno de los pintores españoles más destacados de la Escuela de Nueva York, destaca su temprano reconocimiento al ser nombrado por el gobierno francés Caballero de la Orden de las Artes y las Letras (1959). A lo largo de su trayectoria ha obtenido otros destacados galardones como la Medalla de Oro a la Bellas Artes (1984) y también fue una figura clave en la creación del Museo de Arte Abstracto de Cuenca. En el año 2000 abre sus puertas en Granada el Centro de Arte José Guerrero, cuya labor es conservar, mostrar y promover el estudio y la difusión de la obra del artista.
Los inicios de Guerrero en el universo artístico, de aliento innovador, son figurativos. A raíz de su experiencia parisina, en la que entabla amistad con Picasso, Juan Gris y Miró, y le impacta sobremanera la obra de Matisse, se reconocen en sus obras influencias vanguardistas que se van disipando a comienzos de los años cincuenta cuando descubre el expresionismo abstracto en Nueva York. Toma como referentes, entre otros, a Mark Rothko, Franz Kline y Robert Motherwell, y crea unas obras que serán sometidas a un progresivo proceso de abstracción y síntesis formal hacia comienzos de los sesenta con una primacía de las masas cromáticas expandidas sobre la superficie pictórica; se aproxima a la pintura gestual y revela su preferencia por una pintura mural. España y, en concreto Granada, cobran protagonismo en la producción previa a su regreso. Hacia finales de los sesenta comienza una nueva etapa con la serie Fosforescencias, y posteriormente el tema del arco se vuelve recurrente en una serie de pinturas. Años más tarde, el orden compositivo, el dominio del color, así como su concepción del cuadro como un muro, fundamentan su trabajo.
La serigrafía que figura en la Colección Afundación constituye un excelente ejemplo de la relevancia de la obra gráfica en su trayectoria. Datada a finales de los setenta —etapa de plenitud— destacan el gesto y la luminosidad de unos vibrantes y cálidos rojos y amarillos, encuadrados en una estructura geométrica, rodeados de unas masas de intenso negro, obsesivo y recurrente en su obra; los colores tienen una simbología y especial importancia en su lenguaje pictórico.