RAFAEL CALVO

Inicialmente formado en el taller Abracadabra, bajo la dirección de Castro Couso y Ana Martínez Pasarín, se dió a conocer en las muestras colectivas que auspiciaba el Ayuntamiento vigués en la Plaza de la Princesa, en 1978. Inmediatamente inició sus exposiciones individuales, que ha realizado en casi todas las ciudades de Galicia. Participó en diferentes ediciones de la Bienal de Pontevedra, donde en la de 1984 obtuvo beca de la Diputación y en la de 1992 el primero de los accésits. Su obra es también conocida en Portugal, ya que expuso en una prestigiosa sala de Vilanova de Cerveira. Preocupado por diferentes técnicas, así como por modos de expresión plástica que no son estrictamente la pintura de caballete, ha realizado un mural en las galerías comerciales de la calle del Príncipe, en Vigo, e impartió un curso de maquillaje y máscaras, dedicado a maestros, en Pontevedra. Estuvo presente en la novena exposición de la serie que Caixavigo celebró en sus salas con motivo del centenario de la institución. Rafael Calvo ha militado siempre en una abstracción de ascendencia barroquista, primero con vagas referencias formales y posteriormente por completo no figurativa. Interesado por la materia, su obra presenta texturas muy elaboradas, con grumosidades, rascaduras, rugosidades de gran efecto plástico. A partir de una realidad humilde y deliberadamente pobre, elabora sus expresiones, basadas en una composición muy equilibrada, donde las formas que insinúa se inscriben o asientan en superficies de referencia adivinable -desconchaduras de obra, muros semi derruidos- con una paleta muy entonada, de tonalidades contrastantes sin estridencias. Así, consigue elevar la anécdota a categoría pictórica, rigurosa y lírica, en trayectoria de evolución coherente.