OVIDIO MURGUÍA
Murguía de Castro, Ovidio
( Lestrove, A Coruña, 2 de julio de 1871 - A Coruña, 1 de enero de 1900 )
Biografía
Ovidio Murguía de Castro (1871-1900), hijo de Rosalía de Castro y Manuel Murguía, es uno de los más importantes paisajistas de nuestro siglo XIX. Sin embargo, la prematura muerte limitó la proyección de su trabajo, que tuvo su concreción más relevante en la decoración de la sala de fumar del Pazo de Lourizán (Pontevedra), realizada en 1898 para el político Eugenio Montero Ríos.
Su fallecimiento en 1900, con veintinueve años, lo sitúa entre los miembros de su generación —la de los nacidos entre 1870 y 1874— denominados por la historiografía gallega como Generación Doliente porque todos mueren en la juventud y así se frustra su posible evolución. El término fue fijado por M. F. Barreiro y por el pintor Bello Piñeiro en 1922. La pintura de estos artistas supera el academicismo, es más preciosista, con interés por la luminosidad, están preocupados por la modernización de su lenguaje a través del retrato, del paisaje y del realismo social. Son un conjunto de pintores: Parada Justel, Ovidio Murguía, Jenaro Carrero y Joaquín Vaamonde, que se forman en pleno auge del realismo y que incorporan a la pintura gallega una renovación temática. De este modo, aparece tímidamente la preocupación social y se refleja el mundo trabajador.
Además, estos pintores —como otros creadores de su tiempo— asumen en este momento la identidad básica o cultural de Galicia como elemento nuclear de inspiración. Esa búsqueda de la “esencia do país” que recoge en clave literaria Rosalía de Castro en Cantares Gallegos (1863) y Emilia Pardo Bazán por medio del protagonista de su novela La quimera (1905), supone captar la profunda identidad cultural de un pueblo, descubierto y entendido con ojos nuevos por los artistas. En esta línea debemos situar la obra de Ovidio Murguía.
Ovidio Murguía se formó en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela con el pintor José María Fenollera. En 1895 se marcha a Madrid, vive con su tío el escritor Alejandro Pérez Lugín y se mueve en un ambiente intelectual y creativo. En estos años se convierte en seguidor del famoso paisajista de origen belga Carlos de Haes y sale a pintar a la zona del Guadarrama. Cultiva un paisajismo realista de acentuado lirismo poético, con predilección por amaneceres y atardeceres. En esta línea podemos señalar obras como Desfiladero (1898). Este delicado lirismo también se percibe en sus retratos, en los que se pueden apreciar leves modulaciones simbolistas.
Los óleos de nuestro artista recogen, mayoritariamente, motivos paisajísticos que se mueven entre un exquisito pintoresquismo de escenas de costa; una escenografía de romanticismo crepuscular: Paisaje invernal (1899) y una captación del paisaje deudora de la estética romántica de lo sublime que disfruta de lo áspero y de lo irregular como en el ya citado Desfiladero o en Paisaje (1891). Son obras que permiten percibir ese fondo romántico —preocupado por la captación lumínica de la escena— con las montañas destacadas. Modula así la construcción realista con un fondo compositivo que aún nos lleva a un paisajismo deudor de la estética romántica, lejos de cualquier tentación impresionista.
Carlos L. Bernárdez
Bibliografía
BARREIRO, A.: Del arte gallego, A Coruña, 1917.
COUSELO BOUZAS, J.: La pintura gallega, Porto, A Coruña, 1950.
CHAMOSO LAMAS, M.: «Arte», en Galicia, Edit. Noguer, Barcelona, 1976.
GAYA NUÑO, J. A.: Picasso. Vol. I., Edit. Aguilar, Madrid, 1975.
PABLOS, F.: Plástica gallega, Caixavigo, Vigo, 1981.
PABLOS, F.: Pintores gallegos del Novecientos, Fundación Barrié de la Maza, A Coruña, 1981.
PANTORBA, B. de: Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, Madrid, 1980.
VV. AA.: Un siglo de pintura gallega 1880/1980, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, 1984.