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La referencia a la música es una constante en la producción artística del pintor. El flautista es casi como una figura mítica para Úbeda, como el hombre del violín para Chagal. No es el dinamismo físico del músico lo que quiere representar en esta figura de medio cuerpo, sino las distintas imágenes que se producen del flautista ante cada sonido de la melodía que interpreta. Es una pintura en la que se conjuga la temporalidad de la música con la plasticidad de los pigmentos puros, plenos de luz, unido a su distintiva forma de crear, que no ofrece nunca la visión única y tradicional de la figura, sino una estructura más libre del cuerpo, con una manera de hacer que arranca del cubismo y de la idea del movimiento como tránsito conceptual.
Bibliografía
Pontevedra con Centroamérica” catálogo Deputación provincial de Pontevedra, 1999 con la obra reproducida en la p. 47.
Exposiciones
“Teatro Principal de Pontevedra” en la subasta a beneficio de los damnificados por el huracán Mitch, 1999.
