NIÑA EN GRANJA
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Nos encontramos ante una escena costumbrista donde el motivo protagonista al que hace referencia el título es realmente un pretexto para la realización de un paisaje.
Acorde con la época en la que fue realizado, Teodomiro Avendaño presenta un evidente academicismo en esta acuarela, con un dibujo cuidado y una pincelada prieta y precisa. Asimismo la composición está estudiada, con una asimetría que nos propone la mayor carga de elementos en la izquierda de la pintura, pero que se ve equilibrada gracias a la niña en primer término y el caballo de fondo en la derecha. Se marca la profundidad a través del muro que divide la acuarela en sentido diagonal y que, al mismo tiempo, traza una línea de fuga hacia la derecha que terminaría fuera de la propia composición. Avendaño distribuye distintos “obstáculos” como recurso para que la mirada del espectador no recorra el cuadro de un vistazo y termine en el horizonte: ovejas, niña, muro, casas y árboles hacen que nuestra vista se quede en el centro de la pintura y evite el fondo perdido.