Un proyecto promovido por Afundación prueba que formarse en competencias emocionales mejora el bienestar de las personas mayores
Adquirir competencias emocionales, también después de haber cumplido más de 60 años, es una herramienta de extraordinaria utilidad para la mejora del bienestar. Así se desprende de la investigación de los resultados del proyecto «Conociendo las emociones», de Afundación, en cuya primera edición participaron un total de 71 personas de toda Galicia. Un equipo especializado de Afundación y Matia, instituto gerontológico de referencia en España en la materia y con más de 20 años de trayectoria, trabajó con herramientas cualitativas y cuantitativas para medir sus resultados antes y después de su implementación. En ella se observa que el 86 % de las personas participantes mejoraron sus niveles de bienestar o sus competencias emocionales respecto al inicio del programa.
«Conociendo las emociones» surge al detectar el equipo de trabajo del programa de Envejecimiento Activo de Afundación una necesidad y una oportunidad de mejora en el estado emocional de las personas mayores socias de sus espazos+60. De la mano de Matia Instituto, los especialistas de la Obra Social de ABANCA se plantean el desarrollo y puesta en marcha de un programa en cuyo diseño y contenidos han participado las propias personas beneficiarias. A partir de ese diseño de actividades, y en sesiones de trabajo con facilitadoras, especializadas en psicología y gerontología, las personas participantes fueron adquiriendo un mayor conocimiento sobre las emociones y sobre su identificación, comprensión, expresión o regulación. A este proceso de aprendizaje también se añaden diversas herramientas para el bienestar como la asertividad, los autocuidados o la resiliencia.
El proyecto se desarrolló en su primera edición durante tres meses en el primer semestre de 2022, con 71 participantes y en 10 espazos +60 de Afundación ―los siete de las principales ciudades gallegas, el de Betanzos (A Coruña) y los de los dos municipios lucenses de Viveiro y Monforte―. Una segunda edición, cuya medición cuantitativa corrobora los resultados de la primera edición, se llevó a cabo en el segundo semestre con 84 participantes y una tercera está en marcha en la actualidad.
PREVENIR Y REPARAR
Los resultados del proyecto indican que la formación para la mejora de las competencias emocionales es un instrumento útil que, desde la prevención, contribuye tanto a preservar un buen estado de bienestar psicológico como a mejorarlo cuando se parte de un estado menos óptimo. Así se desprende de la valoración realizada con cada participante antes y después del desarrollo del programa.
El interés unánime que expresan las personas participantes ante la posibilidad de continuar en sucesivas fases del proyecto deja clara la autopercepción que tienen sobre los beneficios de este programa.
GESTIONAR LAS EMOCIONES
El trabajo desarrollado durante el programa acercó a las personas participantes herramientas para mejorar la gestión emocional. La medición de resultados empleando la Escala de Bienestar psicológico de Ryff y la Trait Meta Mood Scale-24, que permite valorar los avances en esta materia, indica que el 86 % de las personas participantes obtuvo resultados positivos y 2 de cada 3, un 69 %, mejoró su bienestar.
Los datos del estudio muestran resultados positivos en las diferentes competencias emocionales, a su vez, dimensiones de la inteligencia emocional: la conciencia, la comprensión y la regulación emocional; así, un 31 % manifestaron al término del programa haber comenzado a prestar más atención a las emociones propias, el primer paso para poder comprenderlas, y un 40 % mejoraron su comprensión emocional.
El porcentaje de personas con una regulación insuficiente disminuyó del 38 % previo al comienzo del programa al 19,7 % registrado al finalizarlo. Dicho de otro modo, quienes obtienen puntuaciones correspondientes a una adecuada comprensión emocional superan el 80 % al finalizar el programa.
El testimonio de una de las participantes, procedente de una de las entrevistas que forman parte de la investigación cualitativa para la medición de resultados, lo deja claro: «Me di cuenta de que soy menos impulsiva de lo que era. Ahora sopeso los pros y los contras de otra manera, no hago las cosas tan sin pensar».
Para la coordinadora del Área de Mayores de la Obra Social de ABANCA, Sabela Couceiro, estos datos son de especial interés «ya no sólo para todas las personas que participan en las actividades de Afundación. También lo son para las personas y entidades que trabajan para la mejora del bienestar de las personas mayores». Couceiro explica que «con estos resultados disponemos de nuevos datos rigurosos que justifican el interés de poner próximamente este programa a disposición de toda la sociedad. Además, teniendo en cuenta lo que nos han demandado las personas participantes, Afundación dará continuidad a este programa con nuevos módulos para profundizar en el conocimiento de las emociones o abordar otros temas como la gestión del duelo».
Imágenes y resumen ejecutivo del informe, disponibles en este enlace